¿Te movés en piloto automático?
Todos conocemos como funciona básicamente el ‘piloto automático’, simplemente presionamos un botón y el avión o la máquina siguen su rumbo sin prestar atención ni reaccionar a otros comandos o estímulos que intenten perturbarlo. Simple.
Desde el lugar de ‘profe’ me encuentro muchas veces dando charlas que aunque no pretenden ser de coaching profesional y mucho menos de versero profesional vende smokes, sí pretenden sacudir a los alumnos, a la audiencia en particular de que se puede tomar un rumbo mejor, se puede estar mejor, se pueden hacer cambios para estar mejor.
Nos pasa a todos, estamos tan cómodos en nuestra zona de confort que, ¿para qué cambiar?
En la vida te encontrás con gente que va como durmiendo, llevando una vida muy movida o incluso sin mucho altibajos, pero haciendo siempre lo mismo, las mismas cosas, sin sueños ni pretensiones.
Pueden estar quejándose de todo y contra todo, pero sin mover un dedo. ¿Conocés a alguien? Tranquilo no voy a dar nombres.
No tenes mas que mirar para afuera (o para adentro) y te vas a encontrar con perfectos ejemplares de conformistas, de zoneros, de gente que vive en su zona de confort a los que no les ‘calienta’ y en mucho de los casos ni saben que existe mas allá del : hoy.
Tienen algunas características que los distinguen: por lo general estan muy conformes consigo mismo, pero no con el que esta al frente, sea político, encargado de edificio, presidente del barrio o el cargo que tenga, está ahí y si está ahí seguro que algo no está haciendo bien. Y hay que molestarlo, señalarlo con el dedo. Indicarle las cosas que no estan haciendo bien.
Pueden estar muy capacitados, muy formados académicamente pero en el fondo son lo mismo que aquellos que no tuvieron la oportunidad de pasar por aula alguna.
La buena noticia, y no valida solo por hoy, es que siempre se está a tiempo de cambiar, siempre se puede salir de ese ‘piloto automático’. Y no voy a venderte ningún libro ni tampoco llevarte a realizar ritos ni sacrificar nada, je, menos algo del bolsillo.
Para llegar a algún lado, se necesitan solo dos cosas, o una si sabés donde estas ahora, mejor.
Para llegar, tenes que saber donde querés ir. Nadie se embarca en un viaje sin destino exacto o aproximado, basta tener una idea de donde querés ir, después podrás agregar otros parámetros, pero en principio necesitas un destino lo mas amplio posible.
Un ejemplo real
Supongamos que querés conocer la cancha de River, … o de Boca, bueno, bueno. Supongamos que generalizamos los pechos fríos y querés conocer el Glaciar Perito Moreno (una gruesa masa de hielo ubicada en el departamento Lago Argentino de la provincia de Santa Cruz, en el sudoeste de la Argentina, en la región de la Patagonia. Info según doña Wikipedia que no me deja mentir) . Para ir hasta allá primero tenes que saber donde está, ademas de tener las ganas de querer ir, obvio.
El siguiente paso será conseguir el pasaje, la forma de moverte hasta allá. Si te llevan, si vas a dedo o si viene el mismo Perito Moreno a verte en persona. Ese será otro tema, no es tema de hoy.
Lo bueno:
Lo que quiero decirte en estas palabras es que los sueños existen, y en gran parte podemos darles vida, hacerlos real. Traerlos a la realidad, a tu realidad. Se puede.
El tamaño, si importa:
Sin entrar en detalles ni exageraciones, ejem. Tampoco podemos soñar con tener una casa en Puerto Madero si esta lejos de nuestras posibilidades, seamos modestos. O bien desear ganar la Loteria sin nunca jamás haber jugado un cartoncito. Hay que ‘ayudar’.
Manos a la obra
La no tan buena noticia es que para que esa ‘magia’ suceda, será necesario a ver como te lo digo sin alterarte. “Trabajar un poco” para que eso suceda, ejem!.
Es posible cambiar, nadie dice que será fácil ni que se logrará en un fin de semana. Pero si empezás por saber donde vas y donde querés estar, hay muchas mas posibilidades que realmente ocurran.
No importa la realidad que estes viviendo, importa mas que sepas donde queres llegar. Es posible si estas realmente convencido. No te voy a decir que lo dibujes en tu mente o que respires 10 veces sentado en posición de flor de loto, margarita o la que mas te guste.
El plan
La receta a seguir es: saber donde querés ir, donde querés estar. Prepararte para ese ‘viaje’, informarte, capacitarte, preguntar, saber todo del tema que te interesa, hacerlo tu pasión y trabajar por ellos.
Tus sueños pueden vivir en tu cabeza o en la realidad, pero en vos está que ‘labures’ en ellos, que te muevas, que salgas de tu pachorra mental o física.
¡ Ánimo ! Estás vivo y afuera hay un mundo que puede mejor, el tuyo.
Lic. Alejandro Soler
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