La celebración de las «fiestas» valga la redundancia no es igual para todos.
Algunos las vivirán con una alegría desbordante, que quedará grabada en la memoria como LA navidad.
Otros en cambio vivirán estos días con cierta tristeza por alguien que se fue, que ya no está y al que se lo extraña tanto que duele con solo imaginar la silla vacía.
Unos tantos iran a aprovechar, sin importar el resto, que podrán hacer la diferencia con alguna venta, con algún kioskito extra aprovechando la locura de los que necesitan comprar para vivir la fiesta.
Pero muchos otros «viviran» estas fiestas como un día mas, apenas como una fecha que marca el calendario y de la que esperan que pase rápido.
Propuesta:
Te propongo algo: recordar cuando eramos chicos y esperábamos con ansias que llegara el 24 a la noche.
¿Te acordas que especial era?
No por la mesa llena de comida o por los regalitos, sino porque era el momento justo donde podíamos ver a toda la familia reunida, con discusiones de por medio, rezongadas y hasta alguna cara, todo era parte del paquete.
Con la ropa linda y las reglas de comer temprano antes que lleguen las 12, las ensaladas o el clericó.
Sabíamos que esa noche volveríamos a estar con ese primo que hace rato no veíamos o la abuela que
se ponía densa acariciándonos la mejilla. Y ni hablar del tío que apenas levantaba la copa ya estaba alegre.
Jugar en el patio en forma suelta era lo mejor que podía pasarnos. Encontrarnos con los parientes de toda la vida y conocer a los nuevos que nos informaban también eran mi familia.
Hacer explotar cohetes que no hacían tanto ruido ni eran peligrosos, tomar de alguna copita de ananá fizz que quedó abandonada o escupir al aire las pasas de uva del pandulce.
Quedar despiertos hasta tarde era toda una aventura, que solo los mas corajudos podíamos resistir, había que hacerlo.
La Navidad era una fiesta que esperábamos con ganas.
Pasó el tiempo y hoy, ya estamos crecidos y vivimos preocupados como gente grande que somos.
Si casi no recordamos que realmente celebramos el 24 de diciembre. Todo es un gran shopping.
Que lindo sería poder recuperar esos momentos, esos recuerdos donde estabamos todos, donde vivíamos y sentíamos realmente la fiesta de la Navidad. ¿ No te parece ?
Me imagino que en estos días a través de las redes sociales, se mandarán tantos mensajes como nunca antes, miles de millones de Whatsapp deseando lo mejor, pero estoy seguro que ninguno de ellos jamás podrá igualar a una mirada a los ojos o un fuerte abrazo.
Deseo
Ojalá en tu casa, en tu hogar, en ese mundo pequeño donde habitas con otras personitas que te bancan en las buenas y en las malas, puedan construir algo parecido a lo que vivimos nosotros cuando eramos niños.
Que puedas sentir que la Nochebuena es una Noche Especial, la que se disfruta con aquellos a los que uno ama, a los que elige, donde hay alegría pero también tristeza por las ausencias. Donde podamos apreciar el valor de compartir lo poco o mucho que se tiene y vivir el momento como si fuera único.
Te deseo lo mejor, que haya menos pantallitas para ver, mas palabras dichas, mucha mucha Paz y que la presencia del Niño Dios se sienta de verdad. Y acordate, cada momento es único y merecemos la pena disfrutarlo con las personas que nos quieren como somos.
Hagamos una pausa, vivamos este instante, es Navidad, es tiempo de celebrar.
¡ Felicidades !